martes, 11 de marzo de 2014

Efectos colaterales

Sé que la belleza es efímera pero nunca pensé que su desgaste fuera tan devastador. Tengo la garganta reseca de tanto sonreír para que no se me vean los papos caídos y es agotador, al final del día parezco Stallone, por eso de la parálisis facial.

Hasta ahora pensaba que NUNCA llegaría a lo de Marujita Díaz o Sara Montiel, que yo iba a tener personalidad y sabría llevar la vejez con dignidad y aquí me veis, que sólo me falta buscar un cubano jovencito para ser el mejor de sus reflejos.
Que sabia es la vida… nunca digas nunca...

Me estoy planteando ponerme los hilos “mágicos” de polidioxanona ya no aguanto más la presión. Y pensaréis ¿Por qué le da ahora por pensar en esto? pues tiene muchísimo que ver con que mis primos me martirizan enseñando fotos suyas estupendas sin parar. Iñigo, uno de mis primos preferidos, que tiene mi misma edad y mantiene todas las partes de la cara en su sitio, no deja de regodearse enviando fotos suyas a todos los chats posibles. ¿Por qué el sí y yo no? ¿Eh? vale que es físicamente igual a su padre y por tanto puede ser herencia paterna ya que por la materna que es la que a mí me podía afectar, queda claramente desestimada por mi parte, pero que la diferencia sea tanta, humilla...

Hago pruebas y me pongo celo para sujetarme el contorno pero dura poco y no puedo hablar y menos reír, entonces me atenaza el recuerdo del día en que me llevaron a conocer a tita Cedes, tía abuela por parte de madre, que tenía los párpados tan caídos que se los sujetaban con esparadrapo. Casi me muero del síncope al ver una señora que me miraba fijamente sin parpadear, se me salían los ojos de las órbitas mientras retrocedía espantada, diciendo ¡¡NO, NO!!. Fue uno de los traumas de mi infancia (ya iréis descubriendo más) que me ha marcado para toda la vida. Indudablemente me negué a volver a verla y ahora me arrepiento por que en breve me veo en la misma tesitura.

La mayoría de las actitudes son aprendidas y yo he tenido la mejor maestra, mi madre, Mari para los amigos y familia y Ana María para los Peña.
Cuando se apiadaron de mí mis padres y me pusieron lentillas para sustituir las gafas que se me empañaban cuando me ponía colorada, me hacían heridas en la nariz por el peso, aumentaban tanto el tamaño de los ojos que la gente me paraba por la calle y se mojaban los cristales cuando lloraba, aunque, fortalecieron mi carácter débil y quebradizo, eso tengo que reconocerlo. Dicho milagro tuvo lugar hace unos años y eran de las primeras lentillas del mercado, lo que suscitó la curiosidad de mi madre, cosa nada difícil, por otro lado. Así pues se dispuso a probarlas y como por higiene, que limpiuca es un rato, no se atrevía a ponerse las mías, ni corta ni perezosa se metió en el ojo el cristalito de un caracolillo cocido (bígaro). El ojo se le puso a la virulé, casi se muere del susto al no poder sacárselo y decidió que lo de las lentillas estaba sobrevalorado.

También fue pionera en diseño de parches para la corrección de la vista que tuvieron que llevar en su tierna infancia mis hermanos, de ahí que nos llamaran la familia gafotas... Con la única con la que probó sus diseños de vanguardia fue con mi hermana Ana, la ratita, por ser la peque y no tener posibilidad de negarse. También es cierto que el color del diseño lo decidía mi hermana en función de su estado anímico, creatividad o gusto del momento, por lo que tenia un margen de decisión en el proyecto. Pues bien antes de salir hacia el colé (siempre tarde) le preguntaba ¿De qué color quieres hoy el ojo? y se lo pintaba en base a su respuesta (hay que tener en cuenta que el parche era color carne). De negro tenía un pase pero cuando era de color el contraste era mayor, además de que hay que tener en cuenta que siempre se lo dibujaba enorme con unas pestañas larguísimas para que se pareciera a una princesa... ahora, he de confesaros que el efecto no era el deseado, yo he oído a gente gritar del susto. Imaginad las desproporción y el contraste y que te pillaran desprevenido... total, que también fortaleció el carácter de la ratita. A la fuerza ahorcan.

Está visto que para la personalidad los trucos de belleza son fantásticos pero para el físico no son demasiado efectivos, así que si queréis asesoramiento profesional os recomiendo sigáis el post de Ximena (Con X, del castellano antiguo) la prima más sofisticada y que más sabe de belleza y moda de toda la familia.


2 comentarios:

  1. Agradezco que me retrates como un jovencito con todas las partes de la cara en su sitio (supongo que eliges deliberadamente la palabra "cara" y no "cabeza" para evitar hablar de mi cuero cabelludo), pero creo que estás bastante equivocada... Y te reto este fin de semana a una competición de arrugas.

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  2. Estupendo y divertido el blog de hoy, pero no te engañes, nunca has tenido un carácter débil ni quebradizo, risa me entra solo de leer tal autodescripción! y cómo es imposible que nada ni nadie te obligue a dejar de sonreir y reir a carcajadas, no te hace falta ningún tratamiento. Almudena .

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