Hasta que me quedé en
paro no me di cuenta de lo que conlleva ser “ama de casa”.
Tiene un contenido
infinito elevado al infinito.
Pongamos como ejemplo
hoy: me levanto y voy a desayunar, momento que dedico a la lectura de chats y Facebook,
lo que me puede llevar una hora. Al recoger el desayuno me fijo (siempre que
lleve las gafas para la presbicia, claro) en que los mandos de la cocina están
ligeramente sucios, me decido a limpiarlos (nunca con KH7 que borra los
números) para lo que hay que desmontarlos, limpiar, secar y volver a montar
sobre la base limpia, esto que parece tan sencillo precisa de pericia y de los
elementos idóneos como cuchillo largo y estrecho, estropajo fino y flexible
(los de Tiger son los mejores) y lavavajillas antigrasa no corrosivo (mi Fairy
del alma) y cuando estás en pleno trajín ves que la rejillas también necesitan
un repaso y en pleno furor se te ocurre abrir el horno ¡¡¡¡¡ error!!!!!. Lo que
pudo solucionarse en 20 minutos pasó a requerir 2 horas ya que con las gafas de
presbicia se ve todo, todo y todo.
Orgullosa de mí misma y
mis habilidades limpiadoras voy al salón con un folleto que me quiero leer
sobre una obra de teatro con Lola Herrera y Héctor Alterio, 2 actores que me
apasionan, pero se cruza en mi camino mi Princettia chuchurría, me apiado de ella y
decido intentar salvarla, así que quito las hojas secas, añado tierra, hablo
con ella y me meto en Google para ver pasos aseguir, entonces recuerdo que debo
regar el resto así que me pongo a ello. Una vez terminado con el trajín floral
de camino a mi cuarto veo papeleo pendiente y decido ordenar y reciclar el
papel sobrante, total que lo que empezó por un desayuno tranquilo acabó por
llevarme toda la mañana.
Conclusión: a partir de
ahora iré a desayunar sin gafas.
Y cuando me pregunten
¿qué hiciste ayer? Yo contestaré con una sonrisa…nada, cosas de casa, ya sabes…
Lucía, genial
ResponderEliminarMe alegra que te guste y me anima a seguir. ¡Gracias!
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