martes, 8 de abril de 2014

Marrakech

Desde que empecé a trabajar, hasta que me pude permitir viajar por ocio pasaron bastantes años, al igual que muchos de vosotros tuve que asumir responsabilidades nada más empezar a trabajar en mi profesión. Que tu vida laboral comience con un hijo al que sacar adelante cambia mucho las cosas. Tus primeros sueldos no son para ir a esquiar, comprarte unos zapatos Jimmy Choo o irte cada fin de semana de escapada… te dedicas a ahorrar en la cuenta vivienda, a pagar a plazos a tu padre el coche de segunda mano a ser posible en un año mejor que en dos, a cubrir gastos de tu hijo que gracias a que vivíamos con mis padres eran menos que si viviéramos independientes y sin darte cuenta pasan los años y lo de viajar ni te lo planteas. También es cierto que gracias a los buenísimos amigos con los que he contado toda mi vida, uno de mis tesoros, esos años fueron fabulosos, cuando no estábamos en la finca de Antonio, había barbacoa en casa de Iván, cena en casa de Chuco, fiestas en la bodega de Silvia o copas con Raquel y las niñas que me salían gratis porque las servían ellas. Como veréis no me quejo, sería absurdo, sólo sé que fue diferente al resto de mis compañeros, pero es que los hitos de mi vida (comunión, carrera, hijo...) siempre han sido distintos a lo esperado, así lo ha querido el destino y en el fondo es algo que me gusta, los caminos marcados me agobian, me gusta sentirme libre…











Jaimolas era nuestra mascota,
no faltaba en ningún plan.



Por eso cuando pude viajar, para mí fue como un sueño, no me dí cuenta de lo que me aportaba hasta que volví del primer viaje. Descubrir nuevas culturas, otras razas, costumbres tan dispares a las nuestras, paisajes tan distintos a los conocidos, , otros ritmos vitales, comidas impensables, olores nuevos, gente con vivencias tan distintas a las hasta ahora conocidas…fue como abrir la caja de Pandora… cada vez quería más…hacíamos un viaje al año durante los años dorados y ahora que vuelvo a no poder permitírmelo lo echo muchísimo de menos, por eso echo mano de los recuerdos de los viajes realizados, releo los álbumes y diarios de a bordo de algunos de ellos y los vuelvo a disfrutar.

Al cocinar cous cous no puedo evitar recordar el viaje de fin de semana que hicimos un grupo de amigos a Marrakech, que puedo decir que de todos los viajes realizados, éste es el más absurdo de todos ellos.


Nos fuimos un grupo de seis amigos, cuatro del trabajo y dos externos, en principio todo pintaba bien. África, Mery, Arribas y yo éramos los conocidos y Resti y José eran los acoplados, a Resti ya le conocéis de un post anterior, es uno de mis mejores amigos y padrino de Jaimolas y José, que pasó a ser “teleamigo”, es un amigo de Arribas que se adaptó de inmediato a todos nosotros, cosa nada fácil, por cierto…Todo empezó a torcerse en el aeropuerto, nos juntamos en la cafetería y presentamos a los nuevos mientras nos tomábamos algo a la espera de la salida de nuestro vuelo, nos llevamos tan bien que empezamos con las bromas y las risas hasta que uno de nosotros dijo ¡deberíamos ir al control que se nos hace tarde!. Efectivamente íbamos muy pillados de tiempo y nos pusimos todos en modo carrera, se nos había pasado la hora de embarque pero nunca pensamos lo que pasaría por un pequeño retraso de 15 minutos… así que imaginaros nuestra cara de asombro e incredulidad cuando vimos que nuestro avión ¡¡se había ido!!.  La imagen de pringados que dimos cuando revisábamos los billetes pensando que nos habíamos equivocado de puerta de embarque era lo más de lo más cuando fuimos amablemente informados por personal del aeropuerto de que nuestro vuelo se había ido sin nosotros antes de la hora prevista para la salida de dicho vuelo. Yo jamás había visto salir un vuelo antes de su hora y no horas después como suele ser habitual.

Después del desconcierto inicial, unos se lo tomaron a risa y otros, yo incluida, nos hizo menos gracia…Nos aconsejaron que fuéramos a hablar con las chaquetas rojas de Iberia, que se supone que son profesionales preparados para afrontar situaciones críticas con demandas de pasajeros, pero esto creo que les venía grande…Imaginaros nuestra llegada, después de recorrer medio aeropuerto para intentar salir de la zona de embarque, un laberinto infernal que parece no tener fin, se fueron calentando los ánimos a lo largo de este intranquilo paseo arrastrando las maletas y con los nervios a mil, fueron dibujándose posibles causas de los sucedido: overbooking, cambio de horario de salida, nuestra estupidez supina… Total, que llegamos calentitos al mostrador. Nuestro objetivo era conseguir otro vuelo para Marrakech cuanto antes y gratis, ya que la culpa era de la línea aérea por salir el vuelo antes de tiempo. La chica, súper amable, hay que ser justos, nos intentaba explicar que los vuelos pueden salir 15 minutos antes de su hora y que por eso hay que estar una hora antes del embarque en la puerta, como nos parecía de traca dicha norma en un país en el que el retraso es el pan nuestro de cada día, se fue elevando el nivel de enfado que no de volumen, hasta que de mi boca salió: “Voy a hacer uso de mi profesión para que esto se sepa, es indignante y voy a utilizar todo lo que esté en mi mano para que la gente se entere de este abuso”  Daba el pego de profesionalidad ¿no? , ella se lo creyó hasta que Resti me dijo ¿Qué vas a hacer, un anuncio? Y todos rompimos en carcajadas… Al final conseguimos billetes para la mañana siguiente a las 7.00 h, y para relajarnos de la tensión acumulada nos fuimos a desfogarnos a Déjate Besar que como era viernes estaba de lo más animado,

Estuvimos de copas hasta las mil y esta vez si, estuvimos con una hora de adelanto en la puerta de embarque para comprobar una vez más que lo normal son los retrasos… A partir de entonces nos referíamos a este viaje como “El sábado que nos fuimos de fiesta a Marrakech”, que glamour…


De Marrakech en sí, poco os puedo contar, ya que estuvimos pocas horas, pero si os puedo decir que fue un fin de semana intenso y divertidísimo, nos reímos mucho pero es que con Arribas y teleamigo sembrados, Mery y África con sus pullitas y Resti con su habitual buen humor no podía ser de otra manera.



Hace podo tiré las babuchas pero el olor a cuero todavía persiste y es indudable que su comida me gustó tanto que el cous cous lo hago tanto en invierno con carne y verduras como en verano en ensalada y tiene mucho éxito, es mi plato estrella, así que el que quiera la receta, que además es rápida y fácil, que me lo haga saber y la publico.


5 comentarios:

  1. Yo casi que prefiero que me invites un día. La receta dásela a Rafa mejor.

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  2. Que rico el Cuscus !! Me llego el aviso del post a las 6:34 de la mañana

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  3. !!!?? Seguro q no te estas convirtiendo en "la greña"???
    Esa historia me paso a mi!! Pero rumbo a Rusia !! Jajaja

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    1. ¿Tb perdiste avión y os dieron 6 billetes gratis para el siguiente vuelo???
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