lunes, 21 de abril de 2014

Energía familiar

Después de unas renovadoras vacaciones de Semana Santa en las que he disfrutado muchísimo, aquí estoy de vuelta.

La aventura empezó haciendo el viaje como pasajera de blablacar, el conductor era muy simpático y entretenido pero yo que iba con la intención de dar una cabezadita me encontré de copiloto y sin posibilidad ninguna de esquivar la charla, todo iba bien hasta que hablamos de Ucrania… no sé si os mencioné que el conductor era ruso… noté cierta tensión cuando me intentaba convencer de que los militares estaban allí desde hacía años y que por tanto no sabía por que se le daba tanta importancia, pero se le torció ligeramente la cara cuando le comenté dulcemente que me parecía raro que se pasearan en tanque por las calles… al final quedamos en tablas al decidir que como siempre se trataba de intereses políticos y económicos y que nosotros poco podíamos hacer ahí…

Como cada vez que voy a la tierruca, veo a todos mis familiares por ambas ramas aunque los García de Lago son bastante más numerosos y bulliciosos, los Ceruti son súper acogedores y aunque no os lo creáis siempre parecen contentos de vernos, además gracias a tío Eduardo he descubierto bastantes cosas de mi abuelo paterno, Florencio Ceruti, un gran desconocido del que siempre he querido saber más.


Todo empezó cuando vi el cuadro de la hermana pequeña de mi abuelo, Mercedes Ceruti, que me sorprendió por guapa y por tener el distintivo de esa familia, unos ojos preciosos. Me enteré de que al ser la única chica, era la preferida del abuelo y que cuando volvió de su viaje a África le trajo un mono tití del que no se separaba, bueno… y de algunos secretillos sobre los que seguiré indagando. Para empezar tengo pendiente leer el libro que escribió “África la virgen” y que ya se ha leído casi toda la familia menos yo.



Descripción que hacen de mi abuelo como nota aclaratoria del autor:
Periodista, aviador e hijo del Barón de Peramola, alcalde de Torrelavega.







Hemos tenido unos días buenísimos, con sol y temperaturas estupendas, una tarde incluso estuvimos en la playa pero aún así fuimos incapaces de saltarnos el chocolate con churros de Aliva. 

Gracias a la alubiada organizada por Chiqui para que nos reuniéramos todos en casa de Alfonso Tarrío, nos hemos puesto al día y nos hemos enterado de que Lis está a régimen y pasea casi todos los días, que Chiqui tiene un súper puesto en el Mercadillo de Tetuán, que yo tengo una máquina mágica que rejuvenece, que los ricachones de la familia están en Martinica y que varias primas no son ni gordas, ni frioleras, ni antipáticas… ante todo esto ¿cómo no voy a volver feliz?

Leonor siguiendo a Javier después del tratamiento rejuvenecedor

Todo esto bañado de recuerdos de nuestra juventud, al entonar las canciones que mi madre adaptaba a sus sobrinos Ramos y los cánticos que nos hacía entonar bajo la lluvia, dedicados al sol.

A Macarena le cantaba la siguiente:
“Y se oía, cada día, a Luisaso que decía…
Si Macarena se fuera con Cai,
La seguiría por tierra y por mar…
Que si por mar en la lancha Ceruti,
Que si por tierra en la bici de Juan…”

También recordamos entre risas uno de esos veranos nojeños que llovió, llovió y volvió a llover, así que mi madre para entretenernos a todos nos ponía las katiuscas y los chubasqueros y colocándonos en fila debíamos entornar “Oh, Astro Rey” arrodillados adorando al “invisible” sol para que saliera. Podíamos tirarnos así horas convencidos de que gracias a nosotros saldría el sol y podríamos ir a la playa ¡¡Bendita inocencia infantil!!

En resumen han sido unos días estupendos y vuelvo feliz pero con algún kilo de más ya que comí en casa de los Ortega de donde es habitual salir rodando por las cantidades ingentes de deliciosa comida, aunque mi prima Mercedes esté esquelética (todavía no he descubierto su secreto); también hay que sumar la merienda en Aliva a la que nos invitaron tía Malen y Mercedes prima con las que nos reímos muchísimo; los aperitivos de cañas y rabas con las otras primas; la alubiada con todos los García de Lago y las exquisitas cenas de Ana cuñada a las que soy incapaz de negarme, sólo lo conseguí un día…


Así que hoy, a la cama sin cenar.

8 comentarios:

  1. Lucía, tu madre nos ponía katiuscas y traje de baño debajo del chubasquero amarillo.

    No has hablado del spa de Alfonso

    ResponderEliminar
  2. Lu, muy condensado te hubiera dado para un post al día durante un mes. Pero que bien lo hemos pasado y que rejuvenecidas hemos acabado.

    ResponderEliminar
  3. ¡Estoy hecho un chaval!

    ResponderEliminar
  4. He prometido la continuación bajo petición. En breve la publico xq es verdad que da para mucho más.

    ResponderEliminar
  5. Este Florencio Ceruti era Aurelio Pelaez de Ojeda ??

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No entiendo tu pregunta, especifica un poco más por favor.

      Eliminar
  6. Lo que ocurre fue que el ilustrador de la portada fue El tal Auerlio pelaex de ojeda ,

    ResponderEliminar
  7. Hola, que alegría ver historias de una de las ramas de mi familia. Soy Paloma Moguerza Ceruti,nieta de Carlos Ceruti (Hijo de Manuel, hermano de Mercedes Ceruti)... dicho así parece el comienzo de un novela histórica jeje... Por desgracia no conocí a mi abuelo y por lo tanto no me han contado muchas historias de la familia,ya que mi abuela Carmen me contaba lo que sabía y me enseñaba alguna foto, y también,no sé porque razón no conocí a más ramas de la familia... serán cosas de la vida. De ahí que me haga tanta ilusión encontrar otras ramas del árbol familiar que también pueden contar muchas cosas de nuestra historia. Un fuerte abrazo de una prima 3° ó 4°, que ya me he perdido con tanta linea familiar.

    ResponderEliminar