Hay situaciones en la
vida en las que por mucho que lo intentes, nunca podrán tener glamour.
El caso que me acontece
hoy es un gran ejemplo.
Se me rompió hará un mes
la tapa del inodoro y tras buscarla en Leroy Merlín y mil sitios más,
finalmente tuve que zambullirme en San Google en su busca y captura. Parece
sencillo ¿verdad?, pues de eso nada… la mitad de lo sitios estaban cerrados o
estaba en Guadalajara el más cercano…por fin localicé uno en la Calle Ferraz,
lo que implicaba que sólo tenía que atravesar Madrid más toda la logística
previa: localízales por teléfono, especifica modelo, año (si te acuerdas) y
concreta color que nada tiene que ver con las tonalidades de su web. Entonces ellos
hablan con el almacén y te confirman si tienen el modelo, si es así debes hacer
transferencia de anticipo y esperar a que les llegue. Total, que tras localizar
el sitio y todos los trámites posteriores, la tuve en una semana, y ahora viene
lo bueno, ¿Cuánto creéis que cuesta el reposa culetes????? Ni más ni menos que
¡¡¡¡86 eurazos!!!! vamos…un bien de LUJO.
Me armo de valor y voy a
recoger la pieza de museo y mientras doy mi primera vuelta a la manzana para
aparcar en zona azul, en el paso de cebra en el que estoy parada veo cruzar a un
gallardo jovenzuelo que se parecía mucho a Pedro Bigeriego así que le llamé
“Pedrooooo” tipo Penélope Cruz en los Oscar… y nos damos besos fraternales
mientras le explico mi visita a su barrio y entre unas cosas y otras terminamos
en una terraza tomando cervezas y recordando, como no, anécdotas Nojeñas.
Gracias a este encuentro
el momento doloroso de la recogida de una carísima tapa de inodoro se convirtió
en un aperi/comida muy agradable y divertido. Disfruto muchísimo de estos giros
inesperados ¿vosotros no?
Ni tan mal…como diríamos en Santander.
Si hay algo que me gusta
de encontrarte con gente a la que llevas años sin ver pero que han sido muy
cercanos, es que en un segundo vuelvas a tener la misma confianza de entonces y
hablas abiertamente de todo y de todos. Nos confesamos a quien habíamos votado
ayer, hablamos de que Chucas nos había pedido amistad en FB, de que habíamos
estado en Santander hacía unas semanas y que nos encantaba la tierruca, de su
amor incondicional a Ana hermana y su estancia con ella en Dubai… nos fuimos
calentando entre cañas y la añoranza y acabó confirmando que aquella hez humana
que apareció en las escaleras de la casa de Noja no fue ni de Pablo ni de él…la
verdad es que el dicho “crea fama y échate a dormir” les iba como anillo al
dedo, pobres que injusticia.
Entre risas recordamos
los primeros bailes en Joyel, los veraneos de playa y copas, a las Huidobro,
los Collantes, los Cosío, los Camino…de cómo nos imitaba su hermano Pablo a
todos y lo que nos reíamos con él. Y al llegar a casa me he acordado de aquel
día que volviendo de copas de La Taberna, hicimos auto stop a un lugareño con
un burro y un carro que amablemente nos dejó subir al carro y nos llevó a todos
hasta casa siendo ya de día. O aquella madrugada en la que Triqui dijo mirando
embelesado un magnífico amanecer en
tonos anaranjados y rosas “está claro que Dios existe… y además es pintor”,
superado ese momento bucólico se tiraba desde la silla del socorrista gritando ¡¡estoy
maduro!! mientras se pegaba castañazos contra la arena coreado con nuestras
risas.
En una de esas noches,
recuerdo entre nebulosas, probar los callos. Si hay una comida que me cree
rechazo es esa, así que todavía le estoy dando vueltas a como fue posible…era
cuando terminábamos la noche en el cruce de Castillo, ya sin un duro y con un
hambre canina, entonces poníamos nuestra mejor sonrisa, parpadeábamos como
posesas y gorroneábamos lo que podíamos sin poner peros a nada ni a nadie. Este
debe ser otro de los síntomas de madurez, ahora sería incapaz de repetir tales
hazañas.
Si por algo es conocida
la playa de Ris es por sus surferos, suele haber olas y unos más otros menos,
todos disfrutamos cogiendo olas como locos. Los pobres socorristas se vuelven tarumba los días de mar fuerte intentando controlar a tanto atolondrado. Como es
bien sabido, los profesionales son los Vilalloga, además de unos bellezones,
las niñas disfrutábamos como locas cuando salían a surfear, eran unos máquinas.

Como veréis las
situaciones con glamour en Noja no tenían fin, ahora eso sí nos lo pasábamos
como enanos.
Para cerrar este post
quiero dejar constancia de en manos de quien estaba el glamour en el agua.
Os dejo una prueba para
que podáis valorarlo vosotros mismos.
Ingolo cabalgando sobre las olas
No hay comentarios:
Publicar un comentario