La cara de alegría se debe a que pensábamos que nos cerraban el castillo y nos volvíamos a España sin verlo, así que a pesar del frío estábamos espíricas, no hay más que vernos

He hecho un pequeño mosaico con detalles que me parecieron interesantes del castillo. Espero que os guste.
Y aquí estamos de nuevo peleándonos con el palo de selfies...

La verdad es que ha sido un viaje lleno de risas y entendimiento. Me ha encantado primas.
Después de patearnos el castillo de arriba a bajo y aturdir algún que otro visitante, decidimos ir a una restaurante cercano y hacer una comida/merienda/cena italiana como se merece. Imaginaréis que la pasta estaba espectacular y sinceramente hasta que no pruebas una pizza en Italia no sabes realmente lo que es, una delicia, además sin importar la calidad del sitio donde la comas. Ya lo comprobé hace un par de años en la Toscana y desde luego tenía claro que repetiría la experiencia en Milán. Sin duda un 10 para la pizzas y la pasta en Italia.
Hice foto de la carta del restaurante, me encantó y me pareció que transmitía la esencia de este país. La imagen aunque sea en blanco y negro irradia alegría, desenfado, naturalidad, vitalidad, frescura...creo que queda claro que me encanta ¿no?.
Sin tiempo de volver a casa para ponernos monas, enfilamos hacia el Duomo ya que habíamos quedado allí con Leonardo para ir al club MIB.
Como en el post anterior casi no hice mención del Duomo, me voy a resarcir con imágenes del mismo, y mientras elijo, recorto y monto un collage, voy a disfrutar escuchando "Delicate" Damien Rice que me encanta.
Poco os puedo contar del Duomo además de que es una de las mayores catedrales que he visto en mi vida, que es gótica y que su construcción comenzó a principios del siglo V. Como en sólo 5 imágenes no se puede mostrar todo lo que nos llamó la atención de esta maravilla del mundo, añado otro collage, en el que podréis apreciar la fantástica cámara de Irene. Eso sí, el arte tiene su precio y la artista sus tempos, lo que alargó las visitas al doble de su tiempo...pero viendo los resultados puedo decir que mereció la pena cada segundo dedicado. Gracias por el reportaje Irene, "cielete".
Tras una intensa y estupenda jornada cultural decidimos darle un descanso al cerebro y dedicarnos más al placer de la música y las relaciones sociales que tanto nos gustan. Un amigo de Davinchi había reservado una mesa de extranjeros y pagando 10 € podías cenar y tomar una bebida, una pena que acabáramos de comer y no pudiéramos casi ni con la bebida. No dábamos crédito, con eso en España no llega ni para una copa...
El club MIB fue un gratísimo descubrimiento, un club privado al que sólo puedes acceder con invitación, que tiene música jazz en directo y una gente animadísima y de lo más variopinta de todas las edades y condiciones, que se lanzaba a bailar sin el menor de los pudores. Me encantó la falta de ridículo que tanto nos marca a los españoles, era la desinhibición en su máxima potencia. Si no me creéis aquí mismo podéis verlo.
A pesar de que nos encantó y que los amigos de Leonardo fueron encantadores, no tardamos mucho en irnos ya que al día siguiente teníamos el arduo trabajo de localizar a nuestros anhelados antepasados. Unos de los puntos en común descubiertos en este viaje además de lo gesteras que somos, son la responsabildad, la curiosidad y la alegría. Y en este caso la responsabilidad sobre la tarea encomendada nos podía.
No supimos interpretar muy bien la escultura que hay nada más salir del local pero nos hizo tanta gracia que a pesar de la lluvia y la poca luz, la inmortalizamos de todas las maneras posibles.
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¿Real o retocada? |
He de reconocer que esta ciudad me gusta en todas sus versiones, día, noche, cultura, ocio...
A la mañana siguiente tras preparar maletas y dejar todo organizado para una rápida salida hacia el aeropuerto, nos pusimos en marcha y nos fuimos en busca de las oficinas de registro.
Como esta es la parte que más requiere mi atención y dedicación, lo dejaré para el siguiente post. Necesito descansar un poco
¡¡Ciao!!