lunes, 30 de marzo de 2015

Milán (cont.)




La cara de alegría se debe a que pensábamos que nos cerraban el castillo y nos volvíamos a España sin verlo, así que a pesar del frío estábamos espíricas, no hay más que vernos





He hecho un pequeño mosaico con detalles que me parecieron interesantes del castillo. Espero que os guste.
Y aquí estamos de nuevo peleándonos con el palo de selfies...












La verdad es que ha sido un viaje lleno de risas y entendimiento. Me ha encantado primas.

Después de patearnos el castillo de arriba a bajo y aturdir algún que otro visitante, decidimos ir a una restaurante cercano y hacer una comida/merienda/cena italiana como se merece. Imaginaréis que la pasta estaba espectacular y sinceramente hasta que no pruebas una pizza en Italia no sabes realmente lo que es, una delicia, además sin importar la calidad del sitio donde la comas. Ya lo comprobé hace un par de años en la Toscana y desde luego tenía claro que repetiría la experiencia en Milán. Sin duda un 10 para la pizzas y la pasta en Italia.

Hice foto de la carta del restaurante, me encantó y me pareció que transmitía la esencia de este país. La imagen  aunque sea en blanco y negro irradia alegría, desenfado, naturalidad, vitalidad, frescura...creo que queda claro que me encanta ¿no?.


Sin tiempo de volver a casa para ponernos monas, enfilamos hacia el Duomo ya que habíamos quedado allí con Leonardo para ir al club MIB. 

Como en el post anterior casi no hice mención del Duomo, me voy a resarcir con imágenes del mismo, y mientras elijo, recorto y monto un collage, voy a disfrutar escuchando "Delicate" Damien Rice que me encanta.


Poco os puedo contar del Duomo además de que es una de las mayores catedrales que he visto en mi vida, que es gótica y que su construcción comenzó a principios del siglo V. Como en sólo 5 imágenes no se puede mostrar todo lo que nos llamó la atención de esta maravilla del mundo, añado otro collage, en el que podréis apreciar la fantástica cámara de Irene. Eso sí, el arte tiene su precio y la artista sus tempos, lo que alargó las visitas al doble de su tiempo...pero viendo los resultados puedo decir que mereció la pena cada segundo dedicado. Gracias por el reportaje Irene, "cielete".




Tras una intensa y estupenda jornada cultural decidimos darle un descanso al cerebro y dedicarnos más al placer de la música y las relaciones sociales que tanto nos gustan. Un amigo de Davinchi había reservado una mesa de extranjeros y pagando 10 € podías cenar y tomar una bebida, una pena que acabáramos de comer y no pudiéramos casi ni con la bebida. No dábamos crédito, con eso en España no llega ni para una copa...

El club MIB fue un gratísimo descubrimiento, un club privado al que sólo puedes acceder con invitación, que tiene música jazz en directo y una gente animadísima y de lo más variopinta de todas las edades y condiciones, que se lanzaba a bailar sin el menor de los pudores. Me encantó la falta de ridículo que tanto nos marca a los españoles, era la desinhibición en su máxima potencia. Si no me creéis aquí mismo podéis verlo.


A pesar de que nos encantó y que los amigos de Leonardo fueron encantadores, no tardamos mucho en irnos ya que al día siguiente teníamos el arduo trabajo de localizar a nuestros anhelados antepasados. Unos de los puntos en común descubiertos en este viaje además de lo gesteras que somos, son la responsabildad, la curiosidad y la alegría. Y en este caso la responsabilidad sobre la tarea encomendada nos podía. 
No supimos interpretar muy bien la escultura que hay nada más salir del local pero nos hizo tanta gracia que a pesar de la lluvia y la poca luz, la inmortalizamos de todas las maneras posibles.

¿Real o retocada?


 He de reconocer que esta ciudad me gusta en todas sus versiones, día, noche, cultura, ocio...

A la mañana siguiente tras preparar maletas y dejar todo organizado para una rápida salida hacia el aeropuerto, nos pusimos en marcha y nos fuimos en busca de las oficinas de registro.

Como esta es la parte que más requiere mi atención y dedicación, lo dejaré para el siguiente post. Necesito descansar un poco
¡¡Ciao!!



domingo, 29 de marzo de 2015

Milán (inicio)





No sé si os acordáis del post en el que os hablaba de mi abuelo Ceruti, el gran desconocido.

Desde mis inicios de investigación con Eduardo Ortega, pasando por mi padre y Javier hermano, y tras leer el "África, la virgen", mis conocimientos han ido creciendo a marchas forzadas. Es más contagié a mis primas Mercedes e Irene y nos embaucamos en una aventura divertidísima en busca de nuestros ancestros. Recopilamos la poca información existente de nuestros antepasados italianos y nos pusimos rumbo a Milán.

Para empezar hay que reconocer que se trataba de una labor ardua y compleja ya que los datos que teníamos además de escasos hacen referencia al s XVII. Imaginaros el papelón al que nos enfrentábamos, además con el sobre peso en nuestras espaldas de las esperanzas volcadas en nosotras por el resto de la familia. muy optimistas por otro lado...

Total que a costa de nuestro pasado nos organizamos un viaje a Milán las tres Marías: Mercedes, Irene y yo.

Conseguimos billete barato y alquilamos una casa por tres días en airb&b que tenía pintaza hasta que llegamos y comprobamos el daño que ha hecho el "gran angular" en nuestras vidas. Pasamos de una casa de 2 habitaciones a una casa con una sola habitación y con gato.Creo que debo mencionaros que soy mega alérgica a los gatos y que me puse a morir. Estuve los 3 días con antiestamínicos y saliendo de casa como si fuera un ladrón de bancos, dejando sólo los ojos a la vista por si me cruzaba con el dulce animalillo.












Superada la primera noche que fué la peor, el resto salió todo sobre ruedas. Además gracias a la amabilidad de nuestra casera pudimos desayunar al día siguiente agua de grifo fría, que es lo único que nos había dejado en la nevera.


Gracias a Mercedes que bajó a por deliciosos bollos recién hechos y café, nos pegamos un homenaje para celebrar que no me tenía que ir a un hotel y podíamos seguir adelante con nuestros planes.


El primer día nos fuimos andando, callejeando y disfrutando de la ciudad camino del Duomo. Gracias a Dios no he heredado la mala orientación de los Ceruti, que mis primas sí lo han recibido sin género de dudas, y de lo que alardean encantadas de la vida.





El viaje empezó con notición de camino al aeropuerto, del que todavía no me he repuesto...¡¡¡¡ Sergio e Irene se casan !!!!. Entre los nervios del viaje, las buenas nuevas y nuestra tontería innata, ya empezamos a reirnos y a hacer fotos de todo como posesas, manteniendo ambas cosas a lo largo de todo el viaje.

Irene luciendo mis gafas para la presbicia

Para que el reportaje fotográfico fuera todavía más enriquecedor, nos hicimos con un palo de selfies en el Duomo, que curiosamente sólo funcionaba con el móvil de mis primas, y con esto no quiero decir nada...


En más de una ocasión dicho artilugio nos expuso al mayor de los ridículos, siendo el hazmerreir de toda la turistada que nos rodeaba. En el tejado del Duomo tuvimos un momento glorioso en busca de una foto sublime, que terminó siendo hecha por una pareja que no daba crédito y viendo que no dominábamos ni el palo, ni el móvil, ni las formas, se ofrecieron a hacérnosla. No recuerdo haberme puesto tan colorada desde la época del colegio, cuando se me empañaban las gafas de los sofocos creados por la vergüenza.



Tuvimos suerte y comimos al sol con nuestras cervezucas, uno de los grandes placeres de la vida, en una terraza en un ático frente al Duomo. Está ubicado en el top de unos grandes almacenes maravillosos donde todo es diseño y buen gusto .Evidentemente no pudimos resistirnos a pasearnos por sus plantas repletas de firmas de lujo y disfrutar de ello como enanas. Un gustazo. La verdad es que Milán destila diseño y elegancia, vayas donde vayas. No he conocido una ciudad donde la gente vaya mejor vestida que allí, de llamar la atención.

Acceso a la terraza
Suelo tienda Stella McCartney

El Duomo por dentro es maravilloso, de unas dimensiones espectaculares y con unas vidrieras que impactaban por sus rojos y verdes tan luminnosos. Encendimos velas por la familia bajo petición de Mercedes y lo recorrimos de punta a punta.


Volviendo a casa paramos a tomar algo en un bar y aproveché para preguntar al camarero donde podíamos empezar con nuestras pesquisas familiares. El camarero se lo preguntó a la dueña que a su vez se lo contó al otro camarero y cuando nos depedíamos al irnos, nos saludaron muy contentos tanto el personal como los clientes que ya estaban al tanto de nuestro periplo.





Cada taxi que cogíamos, historia que repetíamos, que por cierto consideraban interesantísima.

Esa noche cenamos en los canales y a pesar del agotamiento típico de turistas, disfrutamos y nos reìmos sin parar, sobre todo ellas cuando les relaté varias anécdotas en las que era yo la protagonista y la que indudablemente hacía el ridículo en casi todas ellas, salvo en la del japonés en el avión de vuelta de Munich.


De vuelta al hogar di sesión de Reiki a mis primas mayores para intentar hacer más llevaderas sus goteritas y que estuvieran al día siguiente al 100% para darlo todo. Esa noche al subir fotos del día en facebook, me contactó un amigo italiano al que conocí en un cursillo
de inglés en Manchester. Leonardo, Davinchi para los del curso, nos organizó un domingo estupendo con milaneses y fué una gozada disfrutar de Milán con él y sus amigos.



Como teníamos tiempo antes de quedar con Davinchy nos fuimos dando un paseo hacia la zona pasando por la iglesia de Santa María delle Grazie. La pena fue no habernos enterado de que había meses de antelación para solicitar las entradas y poder ver la última cena de Leonardo, por lo que nos quedamos sin verlo.

Aún así nos encanto a pesar del frío y para entrar en calor fuimos a por energías a una heladería que como todo en esta ciudad era ideal y estaba repleta de gente con una pinta estupenda.





A lo largo de la caminata nos fuimos encontrando además de con edificios preciosos, con bares de diseño geniales como el de la foto que tenía taburetes simulando corchos de botella o con esculturas en arcos de entrada a fincas... un lujo perderse y callejear sin prisas, disfrutando de todo lo que te vas encontrando.








Empezamos el periplo con la inauguración de la exposición de fotografía de David Bailey. Además de ser muy extensa y con muchas fotos interesantísimas, el sitio de la exposición era un palacete precioso. Vamos que nos encantó.



Cuando terminamos de verla lo que nos debió llevar casi dos horas, tuvimos que retomar el mundo turisteo para no perdernos el castillo Sforzesco.




Ahora me voy a tomar un descanso e intento seguir mañana con ello, ha sido mucho y muy inteso y me está llevando más tiempo del que pensaba...
Nos vemos pronto.


miércoles, 11 de marzo de 2015

Una tienda en París

Hace mucho tiempo que no paso por aquí, pero no podía dejar de contaros lo que he disfrutado leyendo "Una tienda en París".


Una maravilla de principio a fin. De esos libros en los que es imposible no ponerte a investigar en internet sobre los personajes que van apareciendo y que te atraen como imanes con sus fuertes personalidades y su carisma.

Acabas enamorada de la historia... ya os adelanto que es un libro romántico pero con un planteamiento de lo más original, en el que vas descubriendo como se va desarrollando la historia, salvo en los momentos cruciales que te sorprende con lo inesperado.

Kiki de Montparnase
Va enlazando la vida actual de una mujer llena de grises y sombras con la de otra mujer de una época pasada, a través de coincidencias, señales y destino... de una forma magistral. Te ves imbuido por los años 20 parisinos con su ambiente bohemio y los personajes clave del mundo artístico del momento, deseando haberlo vivido y disfrutado en todo su esplendor.


Fotos de Man Ray de Kiki


He descubierto a Kiki de Montparnase a través de la cámara de Man Ray, la excentricidad de los artistas pertenecientes a la escuela de París como Kisling o Modigliani(Modi) y algunas pinceladas sobre la emblemática Coco Chanel.

Retrato de Kisling
Desnudo de Kisling


He disfrutado tanto leyendo como investigando en paralelo. Conozco muy por encima París y aún así lo he vuelto a saborear, descubriendo un nuevo París y sobre todo he recordado mi sitio preferido, la isla de San Luis que es mencionada en varias ocasiones.

No conocía a este autor hasta leer este libro y desde luego tengo por seguro leerme sus otras novelas. Estoy deseando empezar "El susurro de la caracola" pero me gusta alternar autores así que hasta finales de mes, por lo menos, no me pondré a ello. Ya os contaré.

Después de disfrutar de una lectura de este tipo, acabo reflexionando sobre la suerte de ser capaz de crear algo tan bueno, mezclando realidad con ficción, ¿de dónde sale esa historia? ¿Cómo crea el esquema y lo va ubicando en tiempo y espacio?. Me muero de envidia ante ese don creativo que unido a la capacidad de escribir de forma tan fluida y envolvente, convierte esta novela en una delicia.

En fin, que más os puedo decir... que son de esas lecturas que dejan poso y debes dejar al menos un tiempo de descanso y de disfrute antes de empezar otro libro.