Es desalentador ver en que estado de crispación está la sociedad española.
Es verdad que llevamos mucho encima, que ya no nos fiamos de nadie y que se ha creado una desconfianza social potenciada por los ataques entre políticos.
Nos han mentido, robado y se siguen riendo en nuestra cara con la impunidad ante las estafas diarias que van saliendo a la luz. Entre la banca, los políticos y la falta de moral de los altos cargos, se está llegando a una altísima crispación social que salta ante lo que no debería, como es el caso del Ëbola.
Como estamos acostumbrados a las malas artes y las mentiras, ya saltamos con el resorte de alarma sin siquiera evaluar y analizar las cosas, ya es un acto reflejo en nosotros.
No todo en la vida tiene culpables, hay veces que se trata de accidentes. En casos de enfermedades y virus, los accidentes por desgracia existen. No estamos hablando de una fórmula matemática exacta, estamos hablando de seres humanos y por tanto de posibilidad de fallo.
Es verdad que de base hay cosas mal hechas como repatriar a enfermos sin estar preparados al 100%, ya que en temas de virus y enfermedades es obligatorio estar preparados al máximo, tanto para el tratamiento del enfermo como para la seguridad ciudadana. Que las cosas bien dichas, bien se entienden. Que de todo se quiere sacar tajada y que en este país todo, absolutamente todo se convierte en una merienda de negros.
Pero lo que nunca entenderé es a esa gente que se oponía a recibir a un enfermo en su país, alegando que como era misionero y su vida se dedicaba a darse a los demás debía asumir que tenía que morirse sólo,sin su familia y lejos de su país. Todos somos humanos y por tanto deberíamos entender a aquellos que cuando ven cerca la muerte sienten miedo y necesitan la cercanía de los suyos para sentirse menos solos en esos momentos, se llama esperanza y es un derecho de TODOS ¿Qué nos está pasando? nos estamos deshumanizando a pasos agigantados, ¿Alguien pensó ponerse en su lugar o en el de su familia?
Otros países europeos están recibiendo enfermos de ébola aún no siendo ciudadanos de ese país y no han tenido estás reacciones ni de cerca, pero a nosotros que más nos da...
Entiendo que hay profesiones que necesitan que sus profesionales tengan empatía o por lo menos sepan lo que es. Una de esas profesiones es la medicina (y en muchos casos carecen de ella) y otra la política, sobre todo los vocales que deben comunicarse con la sociedad y más en situaciones de crisis. Es inadmisible la actitud del consejero de sanidad y las barbaridades que ha dicho. Insisto no hay culpables, hay accidentes.
Que una persona que se juega la vida intentando salvar la vida de otro, como es el caso de la enfermera, y se la haya tratado así, es tan imperdonable como el caso del misionero que se ha contagiado por la misma razón. A ambos se les ha juzgado y ambos han resultado culpables.
Nos estamos desenfocando de tal manera que da miedo, la rabia está latente y salta sin previo aviso.
Vergonzosa la actuación con el perro, gente enfurecida que desataba su frustración contra la policía que estaba allí para protegerles de posible contagio. Entiendo a los defensores de los animales y les apoyo en muchas ocasiones, pero no en este caso. Se trataba de un problema de contagio múltiple que había que atajar de inmediato y se hizo de la forma más humana posible. Este es un ejemplo de desproporción ¿No os parece que es el mundo al revés?
Sinceramente creo que lo que hace falta es sentido común. No dejarnos llevar por la rabia y frustración tan latente entre nosotros en estos momentos. Analizar antes de juzgar debería ser lo lógico. Que los políticos dieran mensajes de seguridad y tranquilidad y no de miedo y desconfianza Que dejen de lado el descrédito entre ellos... ¿Una utopía?
Y para no alargarme, como referencia pongo la misma situación vivida en Texas y la manera absolutamente opuesta de como se ha manejado. No soy precisamente devota de los americanos pero desde luego hay cosas de ellos que deberíamos copiar y una de ellas es esta.
Espero que algún día volvamos a ser ese pueblo solidario de antaño y que seamos capaces de serlo no sólo con otros países y aprendamos a serlo con el nuestro.
Es verdad que llevamos mucho encima, que ya no nos fiamos de nadie y que se ha creado una desconfianza social potenciada por los ataques entre políticos.
Nos han mentido, robado y se siguen riendo en nuestra cara con la impunidad ante las estafas diarias que van saliendo a la luz. Entre la banca, los políticos y la falta de moral de los altos cargos, se está llegando a una altísima crispación social que salta ante lo que no debería, como es el caso del Ëbola.
Como estamos acostumbrados a las malas artes y las mentiras, ya saltamos con el resorte de alarma sin siquiera evaluar y analizar las cosas, ya es un acto reflejo en nosotros.
No todo en la vida tiene culpables, hay veces que se trata de accidentes. En casos de enfermedades y virus, los accidentes por desgracia existen. No estamos hablando de una fórmula matemática exacta, estamos hablando de seres humanos y por tanto de posibilidad de fallo.
Es verdad que de base hay cosas mal hechas como repatriar a enfermos sin estar preparados al 100%, ya que en temas de virus y enfermedades es obligatorio estar preparados al máximo, tanto para el tratamiento del enfermo como para la seguridad ciudadana. Que las cosas bien dichas, bien se entienden. Que de todo se quiere sacar tajada y que en este país todo, absolutamente todo se convierte en una merienda de negros.
Pero lo que nunca entenderé es a esa gente que se oponía a recibir a un enfermo en su país, alegando que como era misionero y su vida se dedicaba a darse a los demás debía asumir que tenía que morirse sólo,sin su familia y lejos de su país. Todos somos humanos y por tanto deberíamos entender a aquellos que cuando ven cerca la muerte sienten miedo y necesitan la cercanía de los suyos para sentirse menos solos en esos momentos, se llama esperanza y es un derecho de TODOS ¿Qué nos está pasando? nos estamos deshumanizando a pasos agigantados, ¿Alguien pensó ponerse en su lugar o en el de su familia?
Otros países europeos están recibiendo enfermos de ébola aún no siendo ciudadanos de ese país y no han tenido estás reacciones ni de cerca, pero a nosotros que más nos da...
Entiendo que hay profesiones que necesitan que sus profesionales tengan empatía o por lo menos sepan lo que es. Una de esas profesiones es la medicina (y en muchos casos carecen de ella) y otra la política, sobre todo los vocales que deben comunicarse con la sociedad y más en situaciones de crisis. Es inadmisible la actitud del consejero de sanidad y las barbaridades que ha dicho. Insisto no hay culpables, hay accidentes.
Que una persona que se juega la vida intentando salvar la vida de otro, como es el caso de la enfermera, y se la haya tratado así, es tan imperdonable como el caso del misionero que se ha contagiado por la misma razón. A ambos se les ha juzgado y ambos han resultado culpables.
Nos estamos desenfocando de tal manera que da miedo, la rabia está latente y salta sin previo aviso.
Vergonzosa la actuación con el perro, gente enfurecida que desataba su frustración contra la policía que estaba allí para protegerles de posible contagio. Entiendo a los defensores de los animales y les apoyo en muchas ocasiones, pero no en este caso. Se trataba de un problema de contagio múltiple que había que atajar de inmediato y se hizo de la forma más humana posible. Este es un ejemplo de desproporción ¿No os parece que es el mundo al revés?
Sinceramente creo que lo que hace falta es sentido común. No dejarnos llevar por la rabia y frustración tan latente entre nosotros en estos momentos. Analizar antes de juzgar debería ser lo lógico. Que los políticos dieran mensajes de seguridad y tranquilidad y no de miedo y desconfianza Que dejen de lado el descrédito entre ellos... ¿Una utopía?
Y para no alargarme, como referencia pongo la misma situación vivida en Texas y la manera absolutamente opuesta de como se ha manejado. No soy precisamente devota de los americanos pero desde luego hay cosas de ellos que deberíamos copiar y una de ellas es esta.
Espero que algún día volvamos a ser ese pueblo solidario de antaño y que seamos capaces de serlo no sólo con otros países y aprendamos a serlo con el nuestro.
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