martes, 6 de diciembre de 2016

BACHES

Como bien digo en el enunciado de este blog, trato de contar vivencias de mi día a día, buenas y malas, alegres y tristes, pero como mi tendencia vital es ligeramente positiva, hasta ahora no me he dejado llevar por las penas y sólo he escrito de alegrías, recuerdos e incluso nostalgias con alguna pincelada de añoranza pero siempre sin ahondar en la tristeza.



La vida de por si, son etapas que vamos superando o no, unas más fáciles y otras más difíciles, a todo color o en tonos grises, y dependiendo del momento estamos más o menos preparados para afrontarlas. Pues bien, en estos momentos me encuentro ante una realidad amarga, de lo más difícil que he vivido nunca y que todavía trato de asumir y recolocar. Y digo recolocar por que nunca pensé tener que enfrentarme a algo así aunque sea ley de vida y lleve años "viendo" la luz de alarma activada y sin querer asumirla; recolocar por que ha entrado de sopetón, sin aviso previo y se lo está llevando todo a su paso como un tornado; recolocar por que siempre he necesitado tener orden en mi vida, no sé el motivo, pero con las cosas, ideas, sentimientos y emociones colocadas y ordenadas la vida me resulta más fácil de manejar, de llevar...; recolocar por que ha entrado a formar parte de mi vida y debo hacerle un hueco y ponerla en su sitio aunque no me guste y quisiera eliminarla definitivamente; recolocar por que ahora ocupa un porcentaje altísimo de mis pensamientos y no es sano, debo repartir el foco entre otras muchas cosas a las que ahora me es imposible prestar atención.

Todo empezó como cuando te tropiezas, si te recuperas y has conseguido no caerte, intentas entender que ha pasado ¿no?, miras hacia atrás y buscas la causa que te ha hecho tropezar, pues en este caso fue lo mismo. El traspiés fue la frase: " Su padre ha empeorado del Alzheimer" le siguió un silencio por mi parte, momento en que intenté entender que me decía...¿Alzheimer? ¿qué Alzheimer?, miré atrás y no veía nada, estaba desubicada, perdida y sólo oía esa maldita palabra...Se lo habían diagnosticado el año pasado en una crisis de salud en la que bastante tuvimos con fijarnos en los múltiples problemas físicos a las que teníamos que enfrentarnos como para fijarnos siquiera en que también había dolencias mentales.

Esta enfermedad además de ser devastadora viene de la mano de los remordimientos. al conseguir encajar que el comportamiento errático de los meses anteriores se debe a una enfermedad y por tanto ajeno a él, e imposible de manejar por ellos mismos, el peso de los remordimientos por como has tratado e interactuado con esa persona, es demoledor. Si además le sumas la pena y la angustia de ver desaparecer la imagen de tu padre, día a día, de no reconocer a la persona que tienes delante tuyo, a la que tanto debes y quieres, con la que tienes que aprender nuevas formas de comunicación por que las que has tenido hasta ahora ya no son válidas, te sientes vacío, desprotegido y muchas veces superado.

Si hay algo que tengo claro en la vida es que recoges lo que das y si alguien me ha dado sin miramientos ni dudas, plenamente, esos han sido mis padres. Se lo debo TODO y este es el momento en que debo devolverles tanta generosidad. Me encantaría poder hacerlo con alegría y de verdad que lo intento pero la tristeza me consume, cada mañana al despertar me obligo a decir "hoy va a ser un buen día y voy a intentar que sean felices".  Respiro hondo cada tarde antes de abrir la puerta de su casa sin saber que me voy a encontrar, con miedo y pesar, y al salir y cerrarla tras de mí me voy con angustia y tristeza ya que sé que al día siguiente habré perdido algo más de mi padre...