Como lo prometido es deuda aquí estoy, aunque no lo creáis escribir tiene su telita y cada día me cuesta más. Parece fácil pero no lo es, cuando lo terminas parece que está correcto pero si lo lees pasado un tiempo (2 días mínimo) ves cantidad de fallos y te surgen mil ideas que añadir...pero bueno como esto es un blog y no un libro, seguiré haciéndolo lo mejor que sé y que Dios me ayude...


Cuando llegamos eran las tres de la tarde así que si no llega a ser por que salía el jardinero y aprovechamos para entrar a hurtadillas, imagino que aquí acabaría nuestra historia
El caso es que la suerte nos acompañaba y sin saber bien como acabamos en la recepción contando nuestra historia, interminable a estas alturas, y el señor de recepción aviso a uno de sus compañeros que bajo a intentar entender que le estaba contando y se encontró que tres chavales estupendas, la mar de sonrientes, desplegando todos sus dotes de persuasión para conseguir su objetivo.
Para que entendáis en su debido contexto lo que os voy a contar ahora, primero os pondré en antecedentes y si es posible no nos juzguéis muy duramente.
Era nuestro último día de viaje, por lo tanto llevábamos una pateada importante, en una palabra, estábamos agotadas. Aunque no os lo creáis la historia de localizar un antepasado de 1675 aprox, conlleva cierta tensión y excitación ¿Y si lo conseguíamos? cada vez veíamos más lejana dicha posibilidad y estábamos a pocas horas de volver a España así que teníamos que jugárnosla si o sí.
Empezamos a contarle la historia a Fabricio lo mejor que pudimos ya que el no hablaba inglés ni español, así que hicimos los que pudimos. Al principio parecía reticente a hacer caso a tres chicas que se quitaban la palabra para intentar explicar que buscábamos a alguien de 1600 y pico con la poca info que teníamos:

![]() |
Igualita a Doña Rogelia ¿que no? |
En este día tan señalado el tiempo no nos acompañaba para nada, hacía un frío de morir y lloviznaba, vamos lo mejor para mi pelo incontrolable y ser perseguida por Irene cámara en mano...Claro que como ella es "fotogénica" se lo puede permitir, pero de ahí a no tener la más mínima compasión por las que lo fuimos pero 10 años antes...a la familia no se le hace algo así, digo yo ¿no?
Después de bus y metro dimos con a la primera oficina, donde fuimos guiadas por una amigable funcionaria que nos acompañó hasta la puerta para indicarnos por donde ir. Nos presentamos en la segunda oficina donde la primera interlocutora casi nos manda a casa sin miramiento ninguno, Claro que no sabía con quien se las veía...3 Cerutis juntas...la verdad es que creo que no nos entendía y se puso nerviosa, al final la arrancamos un número y nos dedicamos a esperar nuestro turno educadamente, es más, yo hasta me quité el bufandón de la cabeza, no os digo más...
Nuevamente volvieron a mostrarnos la simpatía y cercanía milanesa y nos informaron de que en sus archivos sólo tenían información desde 1800, por lo tanto nos enviaron al archivo general donde quizás podíamos encontrar algo anterior aunque eso sí, con grandes dosis de dudas.
![]() |
Indicaciones a seguir. |
Pero como la constancia y quizás la tozudez es una de las características de esta familia, allí nos dirigimos raudas y veloces, osea en taxi, que entre tres salía más barato que tres billetes de metro y la pela es la pela...herencia de Florencio Ceruti Castañeda (Tarragona)...y bien es sabido que contra la herencia genética poco se puede hacer...
Esta vez nos tocó el número 300 y pico por lo que tuvimos que esperar cerca de una hora hasta que llegó nuestro turno. La chica joven que nos atendió no sabía como esquivar el marrón y pidió ayuda urgente a una española para que la sacara de semejante embrollo. Fuimos de mesa en mesa contando nuestra historia y aunque pusieron todo el interés del mundo tan sólo pudieron que había una Teresa Como de 1900, total...nada. Como nos vieron tan afligidas nos enviaron a otras oficinas que decían podían ser las únicas que tuvieran datos del s.XVII ya que se trataba del Archivo Diocesano y como bien sabemos todos, si alguien tiene datos a resguardo esa es la iglesia.

Nos dijeron que estaba al lado y que andando eran 10 minutos. Desde aquí os confirmo que los tempos españoles e italianos no tiene nada que ver...al galope fueron más de 20 minutos. La dirección iba muy acorde con la situación ya que como era tarde y no estaba tan cerca como decían, el camino fue ligeramente lastimoso y la calle a la que íbamos nos acompañó en el estado de ánimo, se llamaba Calimero. ¿Quien no se acuerda del pollito llorón?
Tuvimos la suerte de dar con un guía que nos llevó a la puerta de las oficinas ya que si no todavía estábamos buscando dicha calle entre quejas. Realmente creo que más bien fue abducido por Irene por que si no no me explico la caminata que se pegó bajo la lluvia para llevarnos hasta allí. Decía que era italiano pero yo no las tengo todas conmigo, parecía un gentleman inglés de pura cepa, impecablemente vestido a la inglesa con boina burberry incluida y una educación extrema.
Mientras seguíamos con la lengua fuera a Irene y el falso italiano, hice alguna foto de la universidad.
Cuando llegamos eran las tres de la tarde así que si no llega a ser por que salía el jardinero y aprovechamos para entrar a hurtadillas, imagino que aquí acabaría nuestra historia
El caso es que la suerte nos acompañaba y sin saber bien como acabamos en la recepción contando nuestra historia, interminable a estas alturas, y el señor de recepción aviso a uno de sus compañeros que bajo a intentar entender que le estaba contando y se encontró que tres chavales estupendas, la mar de sonrientes, desplegando todos sus dotes de persuasión para conseguir su objetivo.
Para que entendáis en su debido contexto lo que os voy a contar ahora, primero os pondré en antecedentes y si es posible no nos juzguéis muy duramente.
Era nuestro último día de viaje, por lo tanto llevábamos una pateada importante, en una palabra, estábamos agotadas. Aunque no os lo creáis la historia de localizar un antepasado de 1675 aprox, conlleva cierta tensión y excitación ¿Y si lo conseguíamos? cada vez veíamos más lejana dicha posibilidad y estábamos a pocas horas de volver a España así que teníamos que jugárnosla si o sí.
Empezamos a contarle la historia a Fabricio lo mejor que pudimos ya que el no hablaba inglés ni español, así que hicimos los que pudimos. Al principio parecía reticente a hacer caso a tres chicas que se quitaban la palabra para intentar explicar que buscábamos a alguien de 1600 y pico con la poca info que teníamos:
Pedro Ceruti (1675 aprox. Natural de Milán)
Contador del público y Canciller General de Milán *
+
Theresa Como (Natural de Milán)
Hermana de Don José Como, enviado del rey de las Dos Sicilias, cerca de S.M. británica, y prima carnal del Cardenal Joaquin*
Con los nervios y queriendo darle más importancia a Teresa Como, decidimos que era hija de obispo en lugar de prima de cardenal... os aseguro que no nos dimos cuenta de lo que decíamos hasta que Fabricio a punto de hiperventilar nos decía que entonces Teresa no aparecería en los archivos. Al principio no entendíamos a que se refería ¿Cómo no iba a aparecer si era ni más ni menos que hija de obispo...que no de curilla de barrio???. Al encendérseme la bombilla y darme cuenta de que la habíamos convertido en la hija ilegítima de un obispo, de un plumazo, la que casi se atraganta colorada como un tomate, soy yo. A mi grito de ¡¡¡¡Noooo!!!! Fabricio sonrió haciendo ese gesto tan italiano de juntar las puntas de los dedos mientras mueven las manos ligeramente de arriba a abajo.
En estos momentos decido que lo mejor es enseñarlo los documentos de los que disponemos y que no nos habíamos mirado con mucho detenimiento, tal y como ya os habréis dado cuenta. Entonces es cuando se queda absolutamente embelesado con el testamento de Juan Andrés Ceruti, hijo de Pedro Ceruti y Teresa Como, un pergamino de 1700 y pico en el que aparecen sus padres.
Para intentar entendernos mejor avisan a otra compañera que habla inglés y que se llama Lucía. Además de encantadora, era una enamorada del siglo XVII así que estaba entusiasmada con la historia. Les vamos enseñando todo lo que teníamos y quedamos en enviárselo todo por e-mail tras intercambiarnos las direcciones de correo y teléfonos. A Fabricio para que se quedara más tranquilo le explicamos que le escribiría mi hermano Javier en italiano y así facilitar el entendimiento.
Imaginaréis la euforia del ambiente, incluso nos querían invitar a tomar una café con ellos pero las prisas por el horario del avión no nos lo permitieron. Ahora sí, de la foto no se libraron... ahí estaba la fotogénica al acecho...
Tal y como le dije a mi padre a la vuelta, actuamos como verdaderas Cerutis: Les embaucamos con sonrisas y pestañeos,les enganchamos con la historia y una vez soltado el marrón les dimos el contacto y nos fuimos, eso sí muy agradecidas.
Desde aquí queremos dejar claro nuestro agradecimiento a todos ellos por como nos trataron de bien y lo amables que fueron con nosotras. Da gusto encontrare con gente así en la vida. No sé si conseguiremos descubrir algo de Pedro Ceruti pero desde luego la búsqueda ha merecido la pena.
De vuelta a casa decidimos comer como nos merecíamos y fuimos a una terraza muy cerca de las galerías Vittorio Emanuelle que comunican la plazas del Duomo y la Scala, así que, despedida más bonita no pudimos tener.

El resto en nuestra línea son estupideces varias como romper con gran estrépito una cerveza en el aeropuerto, comprar chocolates a última hora y por tanto llegar las últimas a la cola de embarque por lo que nuestras maletas no cabían y digo maletas por decir algo ya que la de Irene había ido creciendo a lo largo de los días y parecía el baúl de la Piquer. El azafato que era más bien antipático la regañó pero ella ni pestañeó... Vamos un cierre de viaje muy nuestro.
Espero que leyendo este post os animéis a conocer Milán, merece la pena.